El rincón del pediatra
Dr. Fernando García-Sala Viguer | Pediatra colegiado Nº 7565
La mononucleosis infecciosa es una enfermedad vírica muy habitual en nuestro entorno que se caracteriza fundamentalmente por la aparición de un cuadro febril, con dolor de garganta y aumento del tamaño de los ganglios, sobre todo de los del cuello. El virus causante suele ser el de Epstein Barr (VHB) aunque otros virus como el citomegalovirus, pueden ocasionarla. Su periodo de incubación puede llegar a ser de 40 días y el contagio se produce por la transmisión del virus a través de la saliva donde el germen puede permanecer vivo varias horas de ahí que se la denomine también ENFERMEDAD DEL BESO. Otra vía de transmisión es la hematógena por medio de transfusiones de sangre pero en la actualidad gracias a los controles bacteriológicos a los que son sometidos todas las transfusiones es casi imposible el que se produzca por esta vía.
Suele afectar a los niños en la edad escolar y sobre todo en la adolescencia, es una enfermedad con unas características clínicas muy concretas y fáciles de detectar sobre todo por el aumento de los ganglios del cuerpo siendo la zona del cuello la más afectada. Son adenopatías grandes y dolorosas a la palpación y se acompañan de un cuadro febril con decaimiento general, dolor de garganta, articular y abdominal en algunos casos, semejando un cuadro gripal con menor afectación del estado general pero con la presencia obligada de las adenopatías antes comentadas. A la exploración del paciente evidenciamos una faringe muy enrojecida, con existencia en muchos casos de exudado amigdalar, aumento de los ganglios que son dolorosos a la palpación y al palpar el abdomen podemos encontrarnos con un hígado y bazo agrandados por lo que se recomienda reposo y no realizar actividad que comporte contacto físico para evitar la rotura de uno de ellos.
El diagnóstico es fácil ya que la clínica es muy evidente pero se debe de asegurar mediante estudio analítico en el que podemos encontrarnos con la presencia de una linfocitosis (aumento de los linfocitos) y una monocitosis que es típica de ahí el nombre de la enfermedad. Las transaminasas también pueden estar aumentadas. Por otro lado realizaremos para el diagnóstico definitivo la cuantificación de la IgG e IgM frente al virus de Epstein Barr que nos indicará la existencia del proceso agudo al aumentar la IgM específica y la existencia de anticuerpos frente a la enfermedad al aumentar la IgG del virus. La IgM VHB aumenta rápidamente al producirse la infección para caer en pocas semanas y la IgG VHB aumenta más tardíamente y se puede mantener elevada durante mucho tiempo. El aislamiento del virus en las secreciones es complicado y costoso por lo que normalmente no se realiza.
El pronóstico salvo complicaciones de rotura de hígado o de bazo es en general bueno, siendo raras las complicaciones neurológicas (meningitis o encefalitis) o hematológicas por proliferación del virus ocasionando un cuadro linfático. La morfología de la serie blanca nos alertará de cualquier problema y si aparecen ganglios en zonas poco comunes como en la zona subclavicular, estará indicada su punción para estudio anatomo patológico.
El tratamiento es sintomático y consiste con reposo en casa, antitermicos si precisa, buena hidratación, alimentación blanda y nada más. Las complicaciones son caso aparte y todas ellas precisarán ingreso hospitalario para controlarlas. En pocas semanas, el niñ@ o el adolescente podrá volver a su actividad escolar.