El rincón del pediatra
Dr. Fernando García-Sala Viguer | Pediatra colegiado Nº 7565
La pediculosis cápitis, comúnmente denominada piojos del cabello y cuero cabelludo, es un problema muy frecuente en nuestro entorno pues afecta a una gran cantidad de escolares, siendo su tratamiento complicado pues una vez saneado el cabello, esto puede volver a infestarse de piojos si existe un niño cercano que los tenga. El parásito anida en el pelo e inoculan su saliva en el cuero cabelludo lo que ocasiona el típico picor, tan demostrativo en el niño afecto. Dicho picor ocasiona el consiguiente rascado de la zona con la posibilidad de infección de la misma por la inoculación de gérmenes existentes habitualmente en las uñas del niño y la aparición posterior de ganglios a nivel occipital y cervical secundarios a esa sobre infección producida por el rascado.
Es necesario que los padres sepan que el tratamiento farmacológico que luego indicaré es muy efectivo para tratarlos, que la existencia de piojos no es síntoma de falta de higiene escolar o doméstica, «se da en las mejores familias», si cuando creemos que el niño está curado, reaparecen, no es un fallo de tratamiento, es que el niño se ha vuelto a contagiar. Es muy importante cuando existe una epidemia de piojos el evitar compartir entre los niños juego y objetos personales sobre todo si entran en contacto con el cabello como pueden ser los peines, los gorros y los auriculares. Una vez tratada la infestación, el niño puede volver al colegio sin posibilidad de contagiar a los otros niños. Cortar el cabello muy corto no cura ni previene los piojos y por último es fundamental cuando un niño tiene piojos que alerte al entorno social y escolar para evitar que se disemine, el tratar de ocultarlo no soluciona el problema, sino que lo eleva a la máxima potencia.
El diagnóstico es visual y consiste en la observación directa de los parásitos, siendo mucho más fácil el visualizar sus huevos o también llamadas liendres, las cuales se encuentran adheridas al pelo. Ante la duda, el pediatra utilizará una lupa para confirmar el diagnóstico o microscopía en los casos más difíciles de ver.
El tratamiento consiste en la aplicación de un pediculocida y ovicidas especifico y bien tolerado como es la permitrina a la concentración que os indicará vuestro pediatra. La aplicaremos durante 10 minutos con enjuague abundante posterior de la cabeza, repitiendo la acción a los 8-10 días. Deberemos de tener cuidado con las mucosas y los ojos ya que es un producto muy irritante. Existe otro ovicida más potente que es el malathion el cual se deja actuar durante 12 horas con posterior lavado de la cabeza y se deberá repetir a los 9 días, teniendo cuidado con el producto pues es inflamable y su ingestión podría ocasionar dificultad respiratoria. Por último para los casos más rebeldes disponemos del lindano que lo aplicaremos durante 10 minutos con aclarado posterior, repitiéndolo a los 7 días. Este último producto como he dicho antes es para los casos más rebeldes y está contraindicado en niños menores de dos años, o que tengan heridas en la cabeza o que hayan padecido de convulsiones. Si con estos tratamientos persiste el problema, vuestro pediatra utilizará medicación oral para intentar combatirlos según los protocolos de la Asociación Española de Pediatría.
Como tratamiento coadyuvante es importante el utilizar las llamadas liendreras que consiste en un peine de púas muy finas que sirve para arrastrar y eliminar las liendres cuya utilización es más fácil si remojamos el cabello con vinagre al 50% en agua y lo aplicamos por medio de una toalla como si fuera un turbante durante una hora.
Espero que tras leer el artículo, no os pique todo el cuerpo.